El pasado martes, nuestras queridas José, Rosi, Carmen Benítez, Carmen Sánchez y Ana Marina, conocidas como Las Chicas de Oro, nos deleitaron con una actuación maravillosa en el CSPM. Si bien su talento artístico es innegable y nos tiene acostumbrados a espectáculos de gran calidad, hoy quiero poner el foco en su lado más humano.

Estas mujeres excepcionales, con una voluntad de servicio admirable, recorren pedanías, pueblos y ciudades de nuestro entorno, llevando alegría y sonrisas a través de sus canciones, que nos transportan a nuestra juventud. No dudan en compartir su talento y generosidad, llevando el Taller de Variedades del CSPM allí donde se les solicita, sin importar los esfuerzos que esto implique.

Su humanidad se refleja también en su disposición para pedir ayuda. Paco, «El Emérito», como muchos lo conocen, colabora eficientemente con el sonido, acompañándolas sin pedir nada a cambio. Recientemente, se ha sumado Reinaldo Calles, quien aporta su talento en la decoración del escenario.

Gracias, queridas José, Rosi, Carmen Benítez, Carmen Sánchez y Ana Marina, por vuestra generosidad, valentía y por recordarnos que el arte, cuando se acompaña de un gran corazón, tiene un valor incalculable.