Charo: La Sonrisa que Dejó Huella en el Corazón del Centro Social Personas Mayores – La Unión

Con una mezcla de tristeza y gratitud, nos despedimos hoy de Charo, nuestra querida encargada de conserjería, quien, tras nueve meses con nosotros, finaliza su actual contrato con  IMAS, para emprender un nuevo camino laboral, en el CSPM-Murcia II. Aunque para muchos su nombre y su amabilidad eran su principal tarjeta de presentación, Charo es mucho más que eso.

Detrás de esa sonrisa que cada día nos recibía en el Centro Social, con los ojos llenos de alegría, se esconde Rosario Martínez Galindo, una murcianica, nacida en Algezares, pedanía que se encuentra a los pies del Santuario de Ntra. Sra. de la Fuensanta, mujer casada y una orgullosa madre de dos maravillosas hijas: una enfermera y otra, a punto de finalizar sus estudios en educación. Un verdadero pilar familiar que, en silencio, inspira con su dedicación y valores.

Charo, para algunas personas ha sido la «sargento mayor» pero en un tono de cariño, compañerismo y amistad profunda, debido a su fuerte personalidad y a su estatura; pero ha demostrado ser el polo opuesto, a cualquier opinión que pudiéramos surgir al verla. No, nuestra Charo, no es la figura dura e inquebrantable de la ficción; ella llegó para llenar el vacío dejado por Antonio y, con cada jornada, con cada interacción, se ha ganado no solo el respeto, sino también el cariño y la confianza de cada socio y socia del centro. Su forma de ser, ha sido un soplo de aire fresco, mostrando que la amabilidad, la empatía y la disposición a ayudar son las verdaderas herramientas para construir un buen ambiente, formar equipo y sacar lo mejor de las personas.

Desde la dirección del centro, así como sus compañeras, solo se escuchan elogios. La definen como alguien «excepcional», «siempre dispuesta» y «un referente de profesionalidad y calidez humana». Para Basilio, director del centro: “Charo, es la persona que cualquier director, quisiera tener en su equipo”, una de sus compañeras:  «Si Charo es grande como persona, (refiriéndose a su estatura) mucho más grandes son sus virtudes», y si preguntamos a nuestros socios y socias, las respuestas son unánimes y todas ellas llenas de cariño y afecto: «Charo es muy simpática», «Charo es agradable y muy servicial», «Charo siempre me ha ayudado y lo hace de corazón».

La vamos a extrañar, de eso no hay duda. Su paso por nuestro Centro Social ha dejado una marca indeleble, una huella profunda en el corazón de todos los que hemos tenido la suerte de tratarla. Ha sido un verdadero ejemplo a seguir, un faro de positividad y dedicación que nos recuerda el impacto que una sola persona puede tener en la vida de una comunidad, como la nuestra, aquí en el Hogar del Pensionista.

¡Mucha suerte en tu nueva etapa, Charo! Siempre te tendremos en nuestros recuerdos y no perdemos la esperanza de que nuestras vidas vuelvan a encontrarse.

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